Pero, lo positivo es que los espectadores sí pudieron disfrutar del bochorno, salvo dos personas que debieron estar cerca del infarto: Rigobert Song y Dragan Stojkovic, los respectivos entrenadores, camiseta de la selección española dos mitos de sus selecciones que se echaron las manos a la cabeza ante la infinidad de errores que se acumularon en la zaga durante el choque. “Evidentemente cuando llegas a cuartos de final del Mundial todo el mundo va a ser muy bueno.